Um discurso que merece ser lido

Por Valter Pomar (*)

Recomendo a leitura do discurso abaixo, feito pelo primeiro-ministro alemão no dia 6 de novembro de 2024. Recomendo, especialmente, os trechos que assinalei em negrito. Até mesmo um socialdemocrata zero esquerdista, que é e pretende continuar alinhado com os EUA, não teve disposição de adotar os cortes exigidos pelos liberais. Um texto atualíssimo, neste momento em que o governo discute cortes orçamentários. Segue o discurso de Olaf Scholz.

Señoras y Señores

Acabo de pedir al Presidente Federal que destituya al Ministro Federal de Finanzas. Me veo obligado a dar este paso para evitar cualquier daño a nuestro país. Alemania necesita un gobierno con capacidad de acción y fuerza para tomar las decisiones necesarias. Esta capacidad de acción y decisión es lo que ha estado en el centro de mis preocupaciones en los últimos tres años, y es lo que me importa hoy.

Este mediodía presenté al FDP una propuesta que habría permitido cerrar el déficit presupuestario federal sin sumir al país en el caos. Una oferta para fortalecer a Alemania en estos tiempos difíciles. Una oferta que recogía algunas de las propuestas del FDP, pero que también reconocía que, a la vista de los retos a los que nos enfrentamos, era necesario un mayor margen de maniobra financiera. Mi propuesta se articulaba en torno a cuatro ejes principales:

1 — Hacer más asequibles los costes energéticos y limitar las tarifas para nuestras empresas con el fin de reforzar la producción alemana.

2 — Aplicar medidas para proteger el empleo en la industria del automóvil y entre sus numerosos subcontratistas.

3 — Introducir una prima a la inversión y facilitar exenciones fiscales para fomentar la inversión en la economía alemana.

4 — Aumentar nuestro apoyo a Ucrania, que está a punto de pasar un invierno difícil. Tras las elecciones estadounidenses, es importante enviar una señal clara: Ucrania puede contar con nosotros.

Una vez más, sin embargo, tuve que constatar que el Ministro Federal de Finanzas no mostró ninguna voluntad de poner en práctica estas propuestas en el seno del gobierno federal. No quiero que nuestro país tenga que seguir soportando este tipo de comportamiento.

Conciudadanos, me habría gustado ahorrarles esta difícil decisión, especialmente en estos tiempos de creciente incertidumbre. En Estados Unidos, Donald Trump obtuvo una clara victoria en las elecciones presidenciales, y hoy le he dado mi enhorabuena. Como Canciller, colaboraré por supuesto estrechamente con el futuro Presidente de los Estados Unidos. En un momento de incertidumbre, es aún más importante poder contar con una estrecha relación transatlántica. Pero una cosa es cierta: Alemania tendrá que asumir sus responsabilidades, y Europa, más que nunca, tendrá que permanecer unida y seguir invirtiendo conjuntamente en su seguridad y fortaleza en el escenario internacional.

La situación es grave: la guerra ha vuelto a Europa, las tensiones aumentan en Oriente Próximo. Al mismo tiempo, nuestra economía se estanca. Nuestras empresas tienen que hacer frente a la debilidad del comercio mundial, al aumento de los precios de la energía tras la guerra de agresión de Rusia y a los costes de modernización de nuestra economía. Mis conversaciones con representantes empresariales muestran que nuestras empresas necesitan apoyo, y lo necesitan ahora. En una situación así, rechazar una solución o una oferta de compromiso es irresponsable. Como Canciller, no puedo tolerarlo.

En los últimos tres años, he hecho constantes propuestas para garantizar que nuestra coalición, que reúne a tres partidos con perfiles diferentes, pudiera alcanzar buenos compromisos. Esto ha sido a menudo difícil, y los límites de mis convicciones políticas se han puesto a veces a dura prueba. Pero como Canciller, es mi deber buscar soluciones pragmáticas por el bien del país. Con demasiada frecuencia, sin embargo, los compromisos necesarios se han visto sofocados por la exhibición pública de nuestros desacuerdos y por ruidosas exigencias ideológicas. Con demasiada frecuencia, el ministro Lindner ha bloqueado la legislación sin una buena razón. Demasiadas veces se ha dejado llevar por tácticas partidistas mezquinas. Demasiadas veces ha traicionado mi confianza. Recientemente, llegó a rechazar unilateralmente el acuerdo que habíamos alcanzado sobre el presupuesto, a pesar de que habíamos llegado a un compromiso tras largas negociaciones. Hoy ya no existe la base de confianza necesaria para continuar la colaboración actual. Ya no es posible llevar a cabo juntos una labor de gobierno seria.

Los miembros de un gobierno deben actuar con seriedad y responsabilidad, sin distanciarse en cuanto surgen dificultades. Tenemos el deber de encontrar compromisos, en interés de todos los ciudadanos. Pero está claro que esto no es lo que le interesa a Christian Lindner. Lo que le interesa es su propia clientela, la supervivencia a corto plazo de su propio partido. Hoy, tras un acontecimiento tan importante como las elecciones estadounidenses, semejante egoísmo es totalmente incomprensible.

Durante demasiado tiempo, la escenificación de desacuerdos en el seno de la coalición ha desviado la atención de las acciones concretas de este Gobierno. Estamos avanzando en materia de inmigración irregular, con una reducción de las entradas ilegales de más del 50% respecto al año pasado. También estamos dando grandes pasos en materia de seguridad energética y protección del clima: por primera vez, Alemania va camino de cumplir sus objetivos de desarrollo de energía eólica y solar. La inflación ha caído al 2%, y los salarios reales y las pensiones vuelven a subir. Hemos garantizado la sobriedad energética de Alemania y estabilizado los precios de la energía. Hace unos años, casi una de cada cuatro personas trabajaba en empleos mal pagados; hoy solo lo hace una de cada siete. Es una buena noticia, fruto de las políticas aplicadas conjuntamente por el Gobierno formado por el SPD, los Verdes y el FDP.

Cuando tomé posesión como Canciller Federal, presté juramento.

Este juramento es de gran importancia para mí. Siempre tengo en mente los intereses del país en su conjunto. Creo firmemente que nunca debemos contraponer la seguridad interior, la seguridad exterior y la protección social. Eso pondría en peligro nuestra cohesión e incluso nuestra democracia.

La razón por la que subrayo esto es que el Ministro Federal Lindner ha exigido públicamente una reorientación radical de la política gubernamental, que incluye recortes fiscales multimillonarios para un pequeño número de personas con altos ingresos y, al mismo tiempo, recortes de pensiones para todos los jubilados. Una política así no sería ni decente ni justa. Del mismo modo, sería absolutamente inaceptable una lluvia de regalos fiscales mientras se recortan las finanzas de nuestras ciudades y municipios. Christian Lindner también pretende abandonar las inversiones para modernizar y mejorar la trayectoria climática de nuestro país, aumentando así la incertidumbre económica y reduciendo nuestras posibilidades de estar a la vanguardia de las tecnologías del futuro. Estados Unidos, China y las demás grandes potencias económicas no nos esperarán. Por último, Christian Lindner habla, utilizando una expresión deliberadamente oscura, de «explotar las reservas de eficacia» de nuestro sistema de protección social. Pero detrás de esta expresión se esconden drásticos recortes en el sistema sanitario y asistencial y, por tanto, una reducción de la protección de quienes más la necesitan. Es una falta de respeto a todos los que han trabajado duro para obtener esta seguridad, a todos los que pagan impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social.

La política empieza por observar la realidad. Para Alemania, la realidad es que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha alterado profundamente la situación de seguridad para los próximos años. Tenemos que aumentar significativamente nuestra inversión en defensa y en nuestro ejército, especialmente tras el resultado de las elecciones estadounidenses. 1,2 millones de ucranianos han buscado refugio en nuestro país del terror de los bombardeos rusos. Es justo acogerlos. Apoyamos a Ucrania en su esfuerzo de defensa, con casi 30.000 millones de euros. También lo apoyamos porque sirve a nuestros propios intereses de seguridad. Una victoria rusa nos costaría mucho más.

El apoyo a Ucrania es y sigue siendo una causa justa.

Pero permítanme ser muy claro: no estoy dispuesto a financiar nuestro apoyo a Ucrania y la inversión en nuestra defensa a costa de nuestra cohesión social, a costa de las pensiones, la sanidad o la asistencia. Necesitamos ambas cosas: seguridad y cohesión social. Por eso no voy a pedir a los ciudadanos que elijan entre invertir lo suficiente en nuestra seguridad o invertir en buenos empleos, en una economía moderna y en infraestructuras de calidad. Esta elección «o lo uno o lo otro» es un veneno. O seguridad o cohesión. O apoyo a Ucrania o inversión en el futuro de Alemania. Estas oposiciones son falsas y peligrosas. Alimentan a los enemigos de nuestra democracia. Sobre todo, plantear una alternativa así es totalmente inútil. Porque Alemania es un país fuerte. De todas las grandes democracias económicamente desarrolladas, tenemos con diferencia el índice de endeudamiento más bajo. Hay soluciones para financiar sólidamente nuestra acción comunitaria y pública. Hay soluciones para un presupuesto que refuerce simultáneamente la seguridad interior, exterior y social.

Esta es la solución que he propuesto.

El artículo 115 de la Ley Fundamental prevé expresamente la posibilidad de derogar las normas constitucionales de freno de la deuda en caso de emergencia excepcional. La coalición ya había acordado hacer uso de esta disposición. La guerra de agresión rusa, ahora en su tercer año, y sus consecuencias, constituyen tal emergencia. En una situación de emergencia, el gobierno federal no sólo tiene derecho a actuar. Tiene el deber de hacerlo.

¿Y qué ocurre ahora? El Ministro Federal Lindner es destituido por el Presidente Federal. De acuerdo con el vicecanciller Robert Habeck, creo que Alemania necesita una rápida clarificación de su futuro camino político. Las elecciones federales ordinarias previstas para el próximo otoño están aún muy lejos. En las semanas que quedan del periodo de sesiones del Bundestag hasta Navidad, someteremos a votación todos los proyectos de ley inaplazables. Entre ellos figura la compensación de los efectos de la inflación en el impuesto sobre la renta, que garantizará a los asalariados un aumento de su salario neto a partir del 1 de enero. También daremos prioridad a la estabilización del sistema público de pensiones y a la aplicación del nuevo sistema europeo común de asilo. Por último, tomaremos medidas inmediatas para nuestra industria, sobre las que estoy manteniendo conversaciones con empresas, sindicatos y federaciones industriales. Estas decisiones deberán adoptarse antes de la última reunión del Bundesrat de este año, el 20 de diciembre. Después, durante la primera semana de la sesión del Bundestag del año que viene, plantearé la cuestión de confianza, para que el Bundestag pueda votar al respecto el 15 de enero. Los miembros del Bundestag podrán decidir entonces si abren el camino a unas elecciones anticipadas. Estas elecciones podrían celebrarse entonces a finales de marzo a más tardar, de acuerdo con los plazos establecidos por la Ley Fundamental.

Señoras y Señores, también me reuniré lo antes posible con el líder de la oposición, Friedrich Merz.

En esa ocasión, les propondré que cooperemos constructivamente al menos en dos cuestiones decisivas para nuestro país: el rápido fortalecimiento de nuestra economía y nuestra defensa. Porque nuestra economía no puede esperar a nuevas elecciones. Ahora mismo, necesitamos claridad para garantizar una financiación sólida de nuestra seguridad y defensa sin poner en peligro la cohesión del país. Tras las elecciones estadounidenses, esta cuestión es más urgente que nunca. Tenemos que tomar las decisiones que nuestro país necesita. Hablaré de ello con los líderes de la oposición.

Conciudadanos míos, como Canciller de la República Federal de Alemania, seguiré dedicando todas mis energías a guiar a nuestro país a través de este difícil período. Estoy convencido de que, tomando las decisiones adecuadas, saldremos de esta crisis más fuertes que nunca.

Quisiera terminar con un comentario personal.

Empecé este discurso hablando de la necesidad de compromiso. Es imperativo que conservemos esta capacidad de compromiso. Quienes han observado a Estados Unidos en las últimas semanas han visto un país profundamente dividido, un país en el que los desacuerdos políticos están destruyendo amistades y familias, en el que la ideología ha hecho casi imposible cooperar por encima de las líneas partidistas. Debemos hacer todo lo posible para evitar una situación semejante en Alemania, máxime cuando es probable que en el futuro nos enfrentemos a resultados electorales que nos obliguen a cooperar y transigir. El compromiso suele ser difícil. Pero es lo que ha hecho fuerte a Alemania. Es lo que nos hace especiales. Y es para construir tales compromisos para lo que estoy trabajando como Canciller Federal.

Muchas gracias.

Discurso disponível aqui: https://legrandcontinent.eu/es/2024/11/07/la-situacion-es-grave-scholz-expone-la-crisis-politica-en-alemania/

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